Historia de la Fundación Hogar Luterano
- Escrito por Alan Soto M.
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Era el año 1965 y los valdivianos luteranos guiados por su Pastor Niels Koerner recibían su nuevo templo, en calle Arauco, ya que el anterior había resultado destruido con el terremoto del año 1960. Pero, no sabían a donde los iba a conducir su Pastor Koerner, quién como buen alemán no conforme con conocer el centro de la ciudad y quizás su río, recorrió otros sectores y así descubrió la otra cara de la ciudad, donde las carencias eran evidentes, viviendas de emergencia, casas pequeñas habitadas por grupos familiares numerosos, padres cesantes, niños jugando en las calles y estas sin pavimentar, sitios eriazos, etc. Situación que conmovió a este alemán y pidió ayuda a un luterano chileno descendiente de alemán, Don Arnoldo Michaelis, a quién le dijo: “Mire Arnoldo hay tanta miseria tanta pobreza en este barrio y no hay organización que vea y haga algo por la forma en que vive esta gente, nuestra comunidad debe hacer algo quiero pedir a Ud. que me ayude y por respuesta recibió: Niels, cuente conmigo”
Don Arnoldo Michaelis se dirigió al Intendente de esa época, Sr. Joaquín Holzaphel y le dijo: “En el sector Corvi hay un sitio eriazo que es del estado quiero que me lo venda, pero a un precio razonable”, situación que se concretó después de los trámites pertinentes. Estaba el sitio y había que construir, unidos el Pastor Koerner y Don Arnoldo Michaelis solicitan fondos en Alemania y obtuvieron la ayuda de la organización Pan para el Mundo, quién financió la construcción del edificio (se inicia en noviembre de 1965 y termina el año 1967).
En un 8 de mayo de 1967, fueron 25 niños los primeros en darle vida y alegría a esta obra, bajo la dirección de su primera directora Lisselotte Rau, voluntaria alemana, quién contó con la gran ayuda de la primera trabajadora, la tía Pury Espinoza Miranda. La comunidad luterana se involucró en el quehacer, las damas luteranas trabajaron en forma voluntaria, ya fuera asistiendo a los niños, o laborando en la cocina, mientras los agricultores entregaban sus aportes de alimentos.
El objetivo que se plantearon fue: “Elevar el nivel socio económico y cultural del medio”, quizás hoy suene muy amplio y vago, pero a la vuelta de 50 años los resultados hablan por sí solo. Y como decía Don Arnoldo: “El Hogar fue creciendo en la medida en que nosotros íbamos creciendo, esto era una aventura en la cual ninguno tenía experiencia”.
La atención se inició con niños de 4 y 5 años de edad, aumentando en forma progresiva, de 25 a 40, luego a 60 niños en edad preescolar en el año 1974. Por el año 1981 se amplió la atención a niños escolares y en el año 1989 se incluyeron a jóvenes de enseñanza media y en 1993 se incorporó a jóvenes de enseñanza superior, llegando asistir a una población diaria de 320 niños y jóvenes. Así como aumentó el número de beneficiarios, así aumentó la calidad de la atención y gracias a un equipo multidisciplinario muy comprometido, se logró dar atención integral a cada niño y niña. El apoyo financiero se obtuvo de Kindernothilfe de Alemania, del Freundeskreis de Alemania, del SENAME y por siempre la comunidad luterana de Valdivia.
Paralelo al trabajo con niños y jóvenes se desarrolló el trabajo con los adultos en el área de capacitación, que gracias a convenios con Inacap, Departamento de Educación de Adultos del Ministerio de Educación, Instituto Sandrock y de Lateinamerika Zentrum de Alemania, se ofrecieron cursos de nivelación de estudios básicos y media, talleres de tejido telar y a máquina, peluquería, tornería, gasfitería, electricidad, costura, garzón, camarera, recepcionista, dependientes del comercio, que gracias al apoyo de Coodeproval estos adultos pudieron realizar sus prácticas en lugares pertinentes donde muchos encontraron ahí sus fuentes de trabajo.
El crecimiento personal de las familias también contó con espacios de recreación familiar, funciones de cine, campamentos familiares en el verano, dinámicas de apoyo compartiendo penas y alegrías. El trabajo preventivo y formativo del niño o niña fue desarrollado entre la institución y la familia, con el fin hacer de ellos personas íntegras y útiles a la sociedad.
El tiempo ha transcurrido y gracias a este amor cristiano hoy el Hogar Luterano de la corvi es UNO con la Comunidad Luterana del centro y muchas personas guardarán gratos recuerdos del paso por esta gran familia, ya sea como beneficiarios o benefactores.
Muchos a quienes agradecer, unos ya no están, o están lejos, otros están en lo mejor del quehacer, pero en una persona queremos testimoniar nuestro agradecimiento a todos, por haber sido la primera trabajadora de este Hogar Luterano y me refiero a la Sra. Guillermina Medina Ramírez, le agradezco que tenga la bondad de pasar y a Sra. Mónica o Ursula le haga entrega de este ramo de flores.
Gracias a nuestro Señor Jesucristo, por invitarnos a amar y servir al prójimo Servicio que continúa hoy con el mismo compromiso de ayer y del mañana.
(Discurso pronunciado por Brigida Campos, Ex directora HL, con motivo del aniversario 50 del Hogar el 08 de mayo de 2017.)